TONTXU lanza una nueva canción, con la colaboración de Rafael Amargo y Fran Fernández

Lleva por título «Sancho & Panza» y está acompañada de un inquietante vídeo. El jueves 28 de Mayo estará disponible en todas las plataformas digitales

No hay duda de que en épocas de crisis es cuando el ingenio se agudiza. Y que mayor ingenio que el que dio luz a la obra cumbre de la literatura universal, Don Quijote de La Mancha, del maestro inmortal Don Miguel de Cervantes. Así, de esta manera, surgiendo de un sueño o pesadilla de Alonso Quijano, el cantautor vasco nos presenta su segunda composición durante el confinamiento. De su inspiración onírica y trazos Quijotescos, nos desvelan detalles los propios protagonistas:

Estábamos en el día 33 de confinamiento por la crisis del COVID-19. Nunca había pasado tantos días seguidos con mi mujer y mis dos hijos, motivo por el cual sentí a veces esas ausencias como un tiempo precioso perdido junto a ellos. Exagero si lo comparo con una especie de «síndrome de Estocolmo» pero confieso que me sentía cada vez mejor. Bromeaba con la idea de que no nos vendría mal una cuarentena trimestral. Pero una noche, intoxicado por tanta información, maliciosa y critica una, realista y pesimista otra, en plena tormenta eléctrica sobre la Sierra de Gata Extremeña, donde tengo la fortuna de residir desde hace más de un lustro, tuve una pesadilla épica y catastrofista en la que asistía al fin del mundo por el impacto de un meteorito delante de mis narices. Además, como en los buenos sueños, desde varios puntos de vista, con «replay» «moviola» «VAR» para no perder detalle del impacto. Acto seguido, aun en el sueño, nos íbamos tranquilamente a la playa. Estábamos en Los Ángeles, no de San Rafael, sino de la misma California, puede que fuera Venice Beach, donde ya estuve hace años y… ni fu ni fa. Me quedo con Zahara de los Atunes, o las playas del Cantábrico. Total, que desperté al mismo tiempo que mi hijo Bosco, de año y medio, tras un trueno que puso a bailar las cortinas. Al enano le devolvió al sueño un biberón, pero yo me desvelé y no pude conciliar el mío. Me lo impedía esta canción, que como las canciones agradecidas, ya están en tu cabeza y no tienes más que «hacerla audible» para el resto (he oído a Lennon y otros autores confesar haber sentido eso) Algunas canciones oníricas parece que ya existían. El resto fue coser, cantar, editar, ponerse en contacto con amigos como Rafael Amargo, Fran Fernández y compartir la pesadilla para no asustarse uno tanto… y tan a solas. Gracias.

(Tontxu Ipiña, Sierra de Gata, COVID-19)

Tontxu es un artista que me sorprendió gratamente desde el primer segundo que le conocí en mi casa. Apareció como ese meteorito que da cuerpo y vida a esta canción. Una canción que habla de conciencia global. Que habla del despertar. De darnos cuenta de cómo podemos ser “titirizados” y manipulados por un sistema económico cruel, al que pronto habrá que cortar el cuello. Un sistema retrógrado, como los son algunos gobiernos, que asustados sólo impiden que Quijotes sigan soñando. Un virus, una revelación, un estado generalizado de pánico creado por el mismo ser humano que sólo incita a seguir viendo el panorama como la más triste de las novelas de caballería. Un cante este, liderado por Tontxu, un hombre del renacimiento con una visión sabia y sin miedo alguno a afrontar la realidad y dejarnos esta poesía con tantísimo fondo que a mí el único mensaje que me llega es el de “seguir soñando con los pies en el suelo”
¡Qué verdad más inmensa!
Gracias amigo Ton.

(Rafael Amargo, Madrid, COVID-19)

Ser auténtico e independiente. Hacer lo que crees y crear sin moldes, es algo que siempre he admirado de Tontxu. Así que cuando apareció con esta canción, queriendo hacerme partícipe, no tuve más que entrar en ella y soñarla juntos. La canción, ese abrazo entre sueños que te reconcilia con el mundo y las pesadillas.

(Fran Fernández, Madrid, COVID-19)

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